Aprender a regular la ansiedad

No sé cual será tu experiencia. La mía es sorprenderme cada día por la alta velocidad a la que el mundo va cambiando. Cambios sociales, políticos, climáticos, económicos, sin mencionar la revolución tecnológica, que nos lleva a una permanente adaptación. Es como si el ritmo de vida se hubiera acelerado de una manera exponencial y las veinticuatro horas no fueran suficientes para vivir todo lo que queremos vivir.

Muchos de nosotros vivimos solo en la urgencia, corriendo desde nuestro trabajo a casa, de la casa al trabajo, anhelando que llegue el fin de semana para poder descansar. Otros no son tan afortunados y trabajan los siete días de la semana sin parar y sin descanso. A este ritmo, es fácil caer en un estado de estrés, de agotamiento o de contraer alguna enfermedad que no nos permita disfrutar de la vida y ser felices.

El impacto que estos cambios han generado en nosotros, se ve reflejado directamente en nuestra salud mental, dando lugar a una de las epidemias más grandes de este siglo: la ansiedad. Si sentís desesperación, impaciencia o agotamiento en algunas de tus rutinas diarias, como, por ejemplo, apurar a tus hijos para ir a la escuela, mantener la calma en medio del tránsito, esperar tu turno en la consulta médica, mantener tu atención en una conversación, o esperar unos minutos a alguien que se ha retrasado, estás sintiendo algunos de los efectos de la ansiedad. Si buscamos la palabra ansiedad en el diccionario de la lengua española, este la describe como el estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad. Y si le preguntáramos al maestro espiritual Thich Nhat Hanh, un referente mundial en la práctica del mindfulness, nos diría que la ansiedad es, sin dudas, la enfermedad de nuestro tiempo y que surge de nuestra incapacidad de convivir con el momento presente, es como si la mente fuera más de prisa que la vida. Si bien la ansiedad podría ser una fuerza motivadora y muy útil para impulsarnos a tomar decisiones o ejecutar las cosas, cuando la sentimos en exceso, nos desequilibra y nos aleja de nuestra centro.

¿Qué es exactamente la ansiedad?

Cuando nos anticipamos con los pensamientos a lo que podria ocurrir en el futuro, eso lo vivimos como un miedo y genera estados emocionales intensos y síntomas corporales relacionados con la tensión y el estrés Es como una sensación latente y muy intensa de inquietud, preocupación y angustia, que en algunos casos, lleva a los conocidos ataques de pánico o diferentes fobias. Por ejemplo, tengo un amigo que frecuentemente “catastrofiza”. Esta palabra tan dificil de leer o pronunciar, se refiere a una distorsión cognitiva, a una manera de percibir o adelantarse a situaciones o acontecimientos, que no han ocurrido aún pero que pensamos que sucederán y los sobreestimamos, magnificamos e imaginamos de manera desproporcionada. Anticipamos lo peor, la catástrofe, y le concedemos una mayor importancia de la que probablemente merece.Esta visión catastrofista puede provocarnos mucha ansiedad y miedos —tal vez innecesarios—, o nos paraliza e impide hacer cosas, evitando determinadas situaciones, por si fuera a ocurrir eso que, en nuestra mente, estamos imaginando. La verdad es que subirse a un avión, tren o auto, no desembocará necesariamente en un accidente asi como un dolor de cabeza, no necesariamente se refiere a un tumor.

¿Como regular la ansiedad?

Para poder regular este tipo de especulaciones, tenemos que aprender a no identificarnos con todos los pensamientos que aparecen en la mente. Porque cuando nos perdemos en la mente y confundimos los pensamientos de miedo o preocupacion con hechos reales, se dispara automaticamente una respuesta emocional y fisica que nos paraliza y no nos deja pensar con claridad. Tenemos que poder parar por unos instantes, respirar profundo y centrarnos en el presente. De esta manera, podremos evaluar de forma honesta y objetiva la veracidad o gravedad de la situación y si es necesario preocuparnos tanto o darle esa trascendencia. .

A continuación, te propongo un ejercicio mindfulness para aprender a regular mejor la ansiedad:

Tan pronto comiences a sentir los síntomas de la ansiedad (tensión mental, preocupación, contractura, respiración acelerada, palpitaciones, dolor de cabeza, etc.) hazte consciente de que son tus propios pensamientos los que están generando tu malestar.

Para ser consciente de esto practica parar y respirar profundo 3 veces:

  • En la primera respiración, observa tus pensamientos y reflexiona: mis pensamientos no son verdades, «son sólo pensamientos», eventos en la mente que aparecen y desaparecen.
  • En la segunda respiración, lleva tu atención al abdómen. Mantén tu atención en la inhalación y exhalación.
  • En la tercera respiración, siente que te has alejado de tu mente. Estás sientiendo y no, pensando. Permanece asi durante los siguientes minutos hasta calmarte.